El éxito de la cirugía pseudoartrosis de escafoides es independiente de la vascularización del polo proximal

Success of scaphoid nonunion surgery is independent of proximal pole vascularity

 

Fuente

Este artículo es originalmente publicado en:

https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/28945157

http://journals.sagepub.com/doi/abs/10.1177/1753193417732003?journalCode=jhsc

 

De:

Rancy SK1Swanstrom MM2DiCarlo EF3Sneag DB4Lee SK5Wolfe SW5Scaphoid Nonunion Consortium.

 2018 Jan;43(1):32-40. doi: 10.1177/1753193417732003. Epub 2017 Sep 24.

 

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Abstract

We followed 35 consecutive patients with scaphoid nonunions in a prospective longitudinal registry. All nonunions were treated with curettage, non-vascularized autogenous grafting and headless screw fixation. Preoperative magnetic resonance imaging, intraoperative bleeding points and histopathological analysis of cancellous bone in the proximal pole were recorded as measures of viability. Healing was categorized as ≥50% bony bridging on computed tomographic images in the plane of the scaphoid. Nine of 23 proximal poles demonstrated ischaemia on magnetic resonance imaging but none were interpreted as infarcted. Twenty-eight of 33 were found to have impaired vascularity as assessed by intraoperative bleeding. Fourteen of 32 demonstrated ≥50% trabecular necrosis and four of 33 demonstrated ≥50% tissue necrosis on histopathological analysis. Thirty of 33 demonstrated focal or robust remodelling activity. Despite pathological evidence of impaired vascularity in over half of the patients, 33 of the 35 scaphoids had healed by 12 weeks. We conclude that proximal pole infarction is decidedly rare and that vascularized bone grafting is seldom required.

 

KEYWORDS:

Scaphoid nonunion; avascular necrosis; bone graft; non-vascularized; perfusion; proximal pole; vascularity; vascularized

 

 

Resumen

 

Seguimos a 35 pacientes consecutivos con pseudoartrosis de escafoides en un registro longitudinal prospectivo. Todas las seudoartrosis fueron tratadas con curetaje, injerto autógeno no vascularizado y fijación con tornillo sin cabeza. La resonancia magnética preoperatoria, los puntos de sangrado intraoperatorio y el análisis histopatológico del hueso esponjoso en el polo proximal se registraron como medidas de viabilidad. La curación se clasificó como ≥50% de puentes óseos en imágenes tomográficas computadas en el plano del escafoides. Nueve de los 23 polos proximales demostraron isquemia en la resonancia magnética, pero ninguno fue interpretado como infartado. Veintiocho de 33 se encontraron con una alteración de la vascularización evaluada por hemorragia intraoperatoria. Catorce de 32 demostraron ≥50% de necrosis trabecular y cuatro de 33 demostraron ≥50% de necrosis tisular en el análisis histopatológico. Treinta de 33 demostraron actividad de remodelación focal o robusta. A pesar de la evidencia patológica de alteración de la vascularización en más de la mitad de los pacientes, 33 de los 35 escafoides habían cicatrizado a las 12 semanas. Llegamos a la conclusión de que el infarto del polo proximal es decididamente raro y que rara vez se requiere injerto óseo vascularizado.

PALABRAS CLAVE:

Pseudoartrosis de escafoides; necrosis avascular; injerto óseo; no vascularizado; perfusión; polo proximal; vascularidad; vascularizado

 

PMID:  28945157   DOI:   10.1177/1753193417732003