Artrosis de las manos

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Este artículo es originalmente publicado en:
http://www.granma.cu/consulta-medica/2015-02-22/artrosis-de-las-manos

Artrosis de las manos

La enfermedad se produce como resultado de los cambios que se producen a nivel del cartílago que recubre y protege a las articulaciones que conforman el esqueleto humano
Doctor Mauro Rumbaut Reyes. Foto: Jose M. Correa
Se denomina artrosis, osteoartritis o enfermedad degenerativa articular, al resultado de los cambios que se producen a nivel del cartílago que recubre y protege a las articula-ciones que conforman el esqueleto humano, afirma el doctor Mauro Rumbaut Reyes. Y precisa: esta enfermedad se caracteriza por provocar la destrucción progresiva del hueso que se encuentra debajo del cartílago dañado, provocando dolor, inflamación y deformidades articulares.
Suele afectar con mayor frecuencia a las articulaciones de la columna vertebral, sobre todo a los segmentos cervical y lumbar, al hombro, los codos, las caderas, las rodillas, las manos y los pies, refiere nuestro entrevistado, quien es especialista de segundo grado en Ortopedia y Traumatología, Profesor Auxiliar de la Facultad de Ciencias Médicas Manuel Fajardo, y jefe del Servicio de Cirugía de la Mano y el Miembro Superior del Hospital Ortopédico Docente Fructuoso Rodríguez.
—¿Se conocen las causas fundamentales que originan esta enfermedad?
—Ningún factor solitario actúa como activador de esta dolencia, pero su origen está asociado a dos mecanismos fundamentales: una carga articular excesiva que provoca daño del cartílago y el hueso que se encuentra debajo de este, independientemente de que sus propiedades sean normales, como sucede en los trabajadores manuales y los traumatismos articulares repetitivos; o por fallo primario del cartílago y el hueso, aunque la carga articular no sea excesiva, como ocurre en la enfermedad degenerativa secundaria a trastornos de causa endocrina o metabólica (la artritis urémica); hematológicas (hemartrosis), del tejido conectivo (lupus eritematoso sistémico y la psoriasis), y procesos inflamatorios de origen autoinmune como la artritis reumatoide y la esclerodermia, entre otros.
—¿Y los principales factores de riesgo?
—Se mencionan el envejecimiento, los traumatismos, la realización de algunas labores profesionales que requieran de actividad manual importante.
—¿Aqueja siempre las dos manos? ¿Genera crisis de dolor?
—En general se presenta de forma bilateral y simétrica aunque excepcionalmente puede aparecer de forma unilateral. Provoca crisis dolorosas que están relacionadas con los episodios agudos de inflamación articular.
—¿Y en cuanto al sexo y a la edad promedio de aparición?
—Aunque afecta a ambos sexos por igual, suele aparecer más temprano en el femenino, a partir de los 45 años de edad.
—¿Cuáles son los signos y síntomas de esta enfermedad?
—La manifestación clásica de la enfermedad degenerativa articular en las manos está representada por los nódulos de Heberden, que son prominencias óseas que aparecen en el borde dorsal de las articulaciones interfalángicas distales y los de Bouchard que se manifiestan en las proximales. Estos tienen apariencia quística y son dolorosos cuando se inflaman.
Los casos crónicos se caracterizan por crecimiento óseo y deformidades articulares que provocan desviación de la alineación normal de los dedos, conocida como mano en ráfaga. También puede presentarse formando parte del cuadro clínico de una osteoartritis hipertrófica primaria generalizada, en cuyo caso se acompañaría de dolores poliarticulares.
—¿Es de avance lento y progresivo?
—Usualmente experimenta un avance lento y progresivo, evolucionando por crisis y conduciendo invariablemente a la cronicidad.
—¿Puede llegar a invalidar las manos de todas o algunas de sus funciones?
—Si, en los estadios avanzados suele aparecer deformidad fija en los dedos y rigidez digital, ocasionando la invalidez total de las manos.
—¿El diagnóstico es clínico?
— El diagnóstico se realiza de forma clínica y apoyándose siempre en estudios radiológicos y de laboratorio para descartar enfermedades sistémicas que cursan con afección articular.
—¿Hay opciones de tratamiento? ¿Con qué resultados?
—Existen cuatro pilares de tratamiento: el general, que incluye el reposo articular y la dieta sana; el medicamentoso, dirigido al alivio del dolor y al control de los episodios inflamatorios agudos con fármacos analgésicos y antinflamatorios, pues no se conoce ningún medicamento capaz de detener el proceso patológico básico que es la degradación del cartílago, ni tampoco existe ninguno que intensifique la síntesis de este; el tratamiento rehabilitador, encaminado a conservar la movilidad articular y evitar la progresión del cuadro, y el tratamiento quirúrgico reservado solo para la corrección de las deformidades y la estabilización de las articulaciones, ya sea por reparación o sustitución de las superficies articulares interesadas.
—¿Alguna consideración final?
—Subrayaría que ante la aparición de cualquiera de los síntomas antes mencionados, se debe acudir cuanto antes a la atención especializada para evitar la progresión de tan incapacitante enfermedad.