Para los cirujanos ortopédicos, que quieran centrarse principalmente en las fracturas, a veces resulta oneroso, pero crucial, considerar las comorbilidades como la enfermedad renal crónica (ERC) que puedan tener los pacientes. La ERC es una afección progresiva caracterizada por la pérdida gradual de la función renal a lo largo del tiempo.1) Una revisión sistemática y un metanálisis recientes indicaron que la prevalencia global de la ERC se mantiene constante en torno al 11 %-13 %.2) Afecta a millones de personas en todo el mundo y representa una carga significativa para los sistemas de atención médica.3) Con su etiología diversa y su naturaleza progresiva, la ERC plantea desafíos sustanciales a los profesionales de la salud en diversas especialidades médicas.
La ERC abarca una variedad de trastornos renales progresivos, clasificados en etapas según la tasa de filtración glomerular estimada (TFGe) (Tabla 1).1) Estas etapas, de leves a graves, ayudan a medir el grado de deterioro de la función renal y brindan información valiosa sobre enfermedad progresiva. La ERC no sólo es prevalente en los adultos mayores, sino que también aumenta en incidencia e importancia a medida que avanza la edad.4) Los cambios fisiológicos asociados con el envejecimiento, junto con los efectos acumulativos de las comorbilidades, contribuyen al tratamiento complejo de la ERC en esta población.
En el ámbito de la evaluación de la ERC, la cistatina C, una proteína de bajo peso molecular, se ha convertido en un biomarcador valioso.5) Tradicionalmente, la TFGe basada en la creatinina sérica se utiliza de forma rutinaria para evaluar la función renal. Sin embargo, en ciertos individuos, como los seniles o sarcopénicos, la TFGe basada en la creatinina sérica tiende a subestimar la función renal. Como marcador de filtración alternativo superior para la TFGe en esta población específica, se ha demostrado que la cistatina C es más precisa y confiable para evaluar la función renal.6)
La enfermedad renal crónica-trastorno óseo mineral (CKD-MBD) es un síndrome complejo caracterizado por alteraciones en el metabolismo mineral, que se observa comúnmente en pacientes con enfermedad renal crónica. Este trastorno puede provocar diversas complicaciones, como anemia, hipertensión, un mayor riesgo de enfermedad cardiovascular y problemas esqueléticos como osteoporosis y fracturas.7) CKD-MBD progresa sutilmente y se vuelve más evidente en las etapas avanzadas de la ERC. En estadios avanzados de ERC, los pacientes no sólo corren riesgo de tener una masa ósea baja sino también una mala calidad ósea, lo que aumenta aún más el riesgo de fracturas.8)
Entre las innumerables complicaciones asociadas con la ERC, las fracturas representan una preocupación importante, que requiere un manejo cuidadoso y estrategias de tratamiento personalizadas. El manejo de las fracturas puede ser un desafío debido a la presencia de comorbilidades y complicaciones asociadas con la ERC. Estos pacientes pueden tener un mayor riesgo de mala curación y complicaciones después de una fractura debido a factores como desnutrición, anemia y desequilibrio hormonal. En este artículo, nuestro objetivo fue abordar cuestiones relacionadas con el tratamiento de las fracturas en pacientes con ERC.
Los cirujanos ortopédicos que tratan fracturas deben considerar las comorbilidades, incluida la enfermedad renal crónica (ERC), que afecta a millones de personas en todo el mundo. Los pacientes con ERC tienen un riesgo elevado de sufrir fracturas debido a la osteoporosis, especialmente en etapas avanzadas. Además, las fracturas en pacientes con ERC plantean desafíos debido a la alteración de la cicatrización ósea y al aumento de las complicaciones posteriores a la fractura, incluida la infección del sitio quirúrgico y la pseudoartrosis. En este artículo, discutiremos los factores que se deben considerar al tratar fracturas en pacientes con ERC. El manejo perioperatorio incluye un ajuste cuidadoso de los programas de hemodiálisis, la selección de métodos anestésicos y el tratamiento de las tendencias hemorrágicas. El uso de torniquetes en fracturas de extremidades con fístulas arteriovenosas debe ser cauteloso. Los analgésicos deben administrarse con cuidado, prefiriéndose los opioides como la hidromorfona a los antiinflamatorios no esteroides. El tratamiento médico después de las fracturas debe abordar los factores subyacentes e incluir rehabilitación física para reducir el riesgo de fracturas posteriores. Un enfoque integral para el tratamiento de fracturas en pacientes con ERC puede mejorar los resultados.
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Hong WK, Kim S, Gong HS. Fracture Management in Chronic Kidney Disease: Challenges and Considerations for Orthopedic Surgeons. Clin Orthop Surg. 2024 Apr;16(2):173-183. doi: 10.4055/cios23244. Epub 2024 Mar 15. PMID: 38562627; PMCID: PMC10973623.
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